"Hemos olvidado que nuestra meta es vivir y que vivir lo hacemos cada día y que en todas las horas de la jornada alcanzamos nuestras verdaderas metas si vivimos....Los días son frutos y nuestro papel es comerlos. Jean Giono



La vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes. John Lenon





Datos personales

25/12/09

Momentos....!!!



Me encanta este video....las pequeñas cosas que SI importan....!!!

20/12/09

EL ORDEN CORRECTO...!!!!



Había una vez una mujer que amaba a un hombre con devoción, con obsesión, con entrega absoluta. Estaba segura de que había encontrado en él al modelo exacto de sus sueños. Un día fueron a navegar en un pequeño velero. Anclaron en una islita deshabitada y de vegetación frondosa. Las aguas eran cálidas y cristalinas, la playa estaba cubierta de arena fina, blanca y suave como el talco. Dejaron el velero y se echaron a nadar. Después de un rato fueron a la playa y se tendieron bajo el sol tibio y generoso. De cara al cielo, con los ojos cerrados, la mujer agradeció sin palabras, con su voz interior. Y además pidió. Sus ruegos fueron para que ese hombre amado fuera feliz y para que el romance entre los dos avanzara de tal manera que él se sintiera satisfecho. Con esa oración se quedó dormida. Cuando despertó estaba sola...El se había ido en el velero...Es decir, los ruegos de ella habían sido escuchados.

Es una lástima que este cuento termine mal. ¿pero había alguna certeza de un final feliz? Si se repasa el relato con cuidado podrá advertirse que, debajo de la superficie idílica y maravillosa, se gestaba un peligroso desequilibrio. A lo largo de ésta breve historia, la mirada de ella está puesta constantemente en él.
Su oración pide por la felicidad y por la satisfacción de él.
Aunque la narración está planteada desde la mirada de ella, el verdadero protagonista del relato es él. Es él quien actúa, quien toma la decisión, quien ejecuta algo. Aunque no lo diga, y aunque ni siquiera tenga rostro, podemos darnos una idea de lo que él quiere, o por lo menos de lo que no quiere.
EL ORDEN CORRECTO
Este relato, que también podría llegar a narrarse invirtiendo las actitudes de los personajes, aparece ligado de manera estrecha a una cuestión fundamental. La de cómo transitamos el camino de la vida. Sam Keen, uno de los más lúcidos y sensibles pensadores humanistas de hoy, recuerda con un consejo fundamental que recibió de parte de un amigo en un momento en que su vida atravesaba una crisis profunda Esta persona le recordó las dos preguntas que toda persona debe plantearse en ciertas circunstancias decisivas de la vida. Son éstas:
¿Hacia dónde estoy yendo?
¿Quién vendrá conmigo?
Hay un requisito básico: las preguntas deben hacerse en el orden en que están. “Si te formulas las preguntas en el orden equivocado, te verás en problemas”, le advirtió su amigo Sam.
Parece sencillo y, sin embargo, solemos invertir el orden con mucha frecuencia y con demasiada facilidad. Cuando mi compañía es más importante que mi destino estoy preparando las condiciones para la frustración, para el desengaño y para su hijo primogénito: el reproche. Si necesito de alguien que haga realidad mis sueños, entonces están dejando de ser mis sueños. Será el otro quien decida que hacer con ellos.
De alguna manera es lo que ocurre con la mujer del relato. Parece haber olvidado la dirección de su marcha o, lo que es peor, parece ignorarla. Está encandilada con la compañía. Para ella es más importante “quién vendrá conmigo” y no “hacia dónde estoy yendo”.
Responder a la primera pregunta no es cosa fácil, pero de ello depende vivir de una manera o de otra. Aspirar a una vida auténtica o resignarse a un simple “como si” se viviera en plenitud un simulacro más o menos exitoso. Saber a dónde estoy yendo significa preguntarme quién soy, que sé y que ignoro de mí, cuáles son mis capacidades y mis limitaciones, no confundir mis deseos con mis necesidades (deseo un castillo, necesito una casa), reconocer cuáles son mis prioridades íntimas en este momento de mi vida y separarlas de las prioridades que me imponen desde fuera. Discernir mis certezas de las expectativas que otros tiene sobre mí. No confundir lo que puedo, quiero y necesito con lo que “debería”.
Descubrir a dónde estoy yendo significa, al mismo tiempo, aceptar las condiciones del camino y sus circunstancias. Habrá momentos en los que la marcha será más rápida y otros en los que será más lenta. Habrá tramos llanos y fáciles y trechos escarpados y riesgosos. Habrá periodos en los que mi marcha será solitaria y épocas en las que muchos estaremos orientados hacia la misma dirección. En algún momento deberé ir delante de mi compañía y en momentos quedaré atrás. Nadie garantiza que ésta marcha atravesará un jardín de rosas. Pero hay algo seguro: la compañía es, en este caso, verdadera.


JUNTOS NO ENCIMADOS
Si estas preguntas pueden ayudar a orientarnos en momentos decisivos de la vida, resultan esenciales cuando un hombre y una mujer se encuentran. Si el encuentro ha sido forzado por la compulsión de contestar primero a la segunda pregunta, hay motivos para sospechar que no se ha producido en las mejores condiciones. Cuando estoy confuso acerca de mí, estoy propenso a depositar mi confusión en otro y, todavía más, a pretender que el otro la entienda y la resuelva. Que me acompañe, no importa para ir a dónde. Pero quien camina cargando a otro corre el riesgo de tropezar, de caer o sencillamente de cansarse pronto.
Distinto es el caso cuando el encuentro se produce en una natural confluencia del camino que cada uno está transitando.
En ese caso, con seguridad, nadie tendrá que hacerse cargo de nadie, la marcha será conjunta y paralela, gozosa y nutritiva. Son los encuentros que ayudan a crecer. Los que significan estar con otro: no ser para el otro ni del otro.Lo cierto es que no hay por qué esperar a los grandes acontecimientos o crisis o decisiones para hacerse las dos preguntas. La costumbre de acudir periódicamente a ellas puede resultar un modo de mantenerse actualizado acerca de uno mismo y de su compañía. Un hombre y una mujer que busquen estas respuestas con sinceridad y con asiduidad tendrán, seguramente buenas posibilidades de marchar juntos por un largo tiempo, porque sabrán quiénes son ellos, quién es el otro y a dónde van. No correrán el riesgo, en fin, de despertar solos en una playa desierta

Ser uno para el otro...!!!!


Biel y Riglos.....uno para el otro....!!!!
Ser uno para el otro. Vivir en absoluta armonía. No tener ni un si ni un no. Compartir todo. Silenciar las criticas en nombre de la concordancia. Estas consignas podrían figurar en el decálogo de la pareja feliz. Es muy fácil soñarlas, fantasearlas, imaginarlas, y hasta prometerlas. Lo que no resulta igual de sencillo es vivenciarlas. ¿Suena decepcionante? ¿Se escucha como una mala noticia? Quizás convenga pensar un poco antes de tomarlo así. Si lo miramos bien, aceptar que no se puede ser el uno para el otro, que es imposible vivir todo el tiempo en absoluta armonía, que nadie convive sin un sí o sin un no, que no existe la manera de compartirlo todo, y que es muy difícil silenciar todas las críticas, puede ser finalmente una buena noticia.La armonía no es la ausencia de conflicto. Sólo en la paz de los cementerios no existen los conflictos. El conflicto es parte de la vida: noche-día, aire-tierra, fuego-agua, duro-blando, negro-blanco, alto-bajo... hombre-mujer. Es imposible imaginar lo existente si no es a través de polaridades. Esa oposición significa un conflicto, pero ello no es sinónimo de pelea. El conflicto es la oposición de las polaridades. Y toda pareja encierra la posibilidad del conflicto porque está integrada por dos personas diferentes, de sexos distintos, de historias personales disímiles. ¿Cómo se podría eliminar esto sin eliminar la vida? Imposible. La armonía consiste, precisamente, en integrar las diferencias, no en borrarlas ni en negarlas.

AMIGARSE CON LA PALABRA Un conflicto, en sí mismo, no significa que una pareja esté en crisis, sino que se enfrenta a sus diferencias. El primer paso aconsejable es no temerle a la palabra, no huir de ella. Cuando aparecen las diferencias, lo que surge es la diversidad, la constancia de que los componentes de una pareja son -en realidad- dos personas singulares y no las dos mitades de un ser. Si a causa del enamoramiento, de la fantasía o de la idealización esto no se vio (o no se quiso ver) antes, el conflicto puede ser un saludable y necesario llamado de atención.Al mirar al otro (o a la otra) y al percibir que es distinto de mí, que tiene sus propios gustos, actitudes, pensamientos, conductas, decisiones, puedo empezar a mirarlo/a como a una persona -no como a una prolongación de mis deseos- y, entonces sí, puedo aceptarlo y elegirlo desde el corazón.Esto puede ocurrir en cualquier momento de la relación, porque un vínculo nunca está fijado -como una foto- de una vez y para siempre. Puesto que una pareja está compuesta por dos personas y que las personas estamos en evolución permanente, también la relación evoluciona, se modifica, tiene diferentes momentos. Es siempre la misma y es siempre distinta. En tanto se mantenga el compromiso emocional, la pareja es un espacio en el cual aprendo acerca de mí y del otro, y en el cual siempre quedan dimensiones inexploradas. Aceptar al otro, no significa tomar aquello en lo que se parece a mí: aceptar no es coincidir. Significa, precisamente, convivir con lo diferente sin pretender modificarlo a mi imagen, semejanza y necesidad.
PELEAS SALUDABLES ¿Cómo lograr esto sin pasar por conflictos? Suena imposible. El conflicto es la exhibición, el sinceramiento de dos diferencias. ¿Cómo se liman estas diferencias, no para ocultarlas o hacerlas desaparecer, sino para hacerlas convivir? A través de la pelea. Las dos posiciones de principio que se plantean en un conflicto, se enfrentan en la pelea. Aparecen entonces:o La queja: reacción ante una situación considerada injusta, que pretende replantear reglas de juego. Cuando se convierte en el modo permanente de expresión, deja de ser efectiva porque sólo se escucha el "tono" del quejoso o quejosa pero se dejan de escuchar sus contenidos.o La querella: una actitud más activa que la queja. Cuando ésta no surte efecto, surge la querella con su tono más exigente, más duro, que lleva las cosas más cerca del límite.Cuando ni la queja ni la querella logran que la necesidad, la disconformidad, la incomodidad o los argumentos del "querellante" sean advertidos o tomados en serio por su pareja, nace lo que el psicoterapeuta francés Patrick Estrade, autoridad en materia de comunicación y relaciones humanas, llama la disputa defensiva. Es cuando ella o él estallan, están "fuera de sí", dicen cosas desacostumbradas. Se trata -dice Estrade- "de limpiarnos del estrés negativo acumulado a través de la frustración prolongada". Ya no hay forma de que el otro (o la otra) ignoren la situación.Estamos ante la riña conyugal. ¿Se queman las naves? ¿No hay retorno? En principio, no es así. La pelea "blanquea" una situación de conflicto y permite exponer las dos posiciones al desnudo. Su consecuencia puede ser una saludable catarsis de sentimientos contenidos y la posibilidad de replantear ciertos acuerdos -tácitos o explícitos- de la pareja.

VIVIR PELIGROSAMENTE Patrick Estrade hace una aclaración fundamental: "No confundamos vivir una pelea con vivir en la pelea permanente". Una pelea puede ajustar aspectos que se han ido desajustando o por "el uso" (es decir la convivencia) o porque nunca fueron planteados ni advertidos. Vivir en la pelea significa que los desajustes son mayores que las coincidencias, que los resentimientos se acumulan, que el juego de poder es intenso (uno sólo puede convivir sometiendo, el otro se resiste a ser sometido). La pelea como modo de vida puede desembocar en una crisis que obligue a reexaminar el conjunto de valores, creencias, actitudes y conductas de la pareja, que seguramente ya no funcionan.Es posible que esos ajustes -de ser posibles- enriquezcan la vida de pareja, aunque también puede ocurrir que no se encuentren los puntos para un nuevo acuerdo. Se habrá entrado entonces en el terreno de las desavenencias. Cuando la pareja está desavenida hay cuestiones de principio en juego. Ya no se trata sólo de diferencias o diversidad. Hay otros factores en juego: competencia desmedida en lugar de cooperación y solidaridad; egotismo (necesidad de uno o de los dos de ser el centro de la pareja); el autismo (la prescindencia del otro); una necesidad ilimitada de ser consentido (que el otro actúe, decida y elija por mí).La desavenencia es lo contrario del conflicto. El conflicto pone sobre la mesa las diferencias y se resuelve no por la anulación de ellas, sino por su integración, su harmonización. En el conflicto hay argumentos, hay dos que disienten pero pueden mirarse, escucharse, redescubrirse, aceptarse, hacer nuevos acuerdos. En la desavenencia, en cambio, el y ella están espalda contra espalda, miran en direcciones opuestas (en la dirección de sus intereses), no pueden verse, por lo tanto difícilmente se acepten o se escuchen.En la pelea que resuelve un conflicto habrá explosiones, posiciones apasionadas, palabras acaloradas, un estallido de emociones pero no habrá ni actos ni expresiones que dejen heridas imposibles de cicatrizar. En la desavenencia, ocurre lo contrario.La desavenencia convierte a la pareja en un campo de batalla. Y en la guerra sólo se puede ganar, vencer, aniquilar, exterminar o esclavizar al enemigo, valiéndose de cualquier medio. En cambio un conflicto de pareja no debería terminar en ninguna de esas posibilidades; se trata, simplemente, de uno de los componentes de la vida de pareja.Dice Estrade: "La vida de a dos nos lleva necesariamente a enfrentar ciertas cóleras, ciertas crisis, ciertas tensiones. Todos esos conflictos no son inútiles: nos permiten, ya que no lo hacemos nosotros mismos, por propia voluntad, reubicar de tanto en tanto nuestros compromisos y verificar si no vamos por un camino equivocado en lo que se refiere a nuestros valores y a nuestras elecciones de vida. El conflicto de pareja es, por lo tanto, un accidente que dejamos que ocurra a efectos de que las cosas se movilicen".

EL MOMENTO Y EL LUGAR Cuando hay conflicto a veces nos toca iniciarlo y a veces somos los "villanos". Lo importante es no hacer como el avestruz, aceptar la situación, plantearla en el momento y en el lugar adecuados (nunca cuando no hay tiempo para hablar, jamás ante otros); hablar siempre en primera persona (lo importante es comunicar lo que a mí me pasa y no lo que vos haces. Es distinto decir "Estoy tratando de que me entiendas" a acusar "Jamás me entendéis"; es diferente decir "Cuando haces esas cosas me siento poco acompañada" a reprochar "No te importa dejarme sola"). Por último es importante recordar que un conflicto no se resuelve cuando alguien gana o alguien pierde , sino cuando dos que se han elegido y que se siguen eligiendo pueden ejercitar la mirada sobre el otro, la aceptación, la cooperación y la reelección.Hace poco asistí a la boda de mis amigos Karina y Marcelo. El diácono que los casó les dijo algo sencillo y sabio: "Aún cuando hayan discutido y, por el momento no se hubiesen puesto de acuerdo, jamás se duerman separados. Acuéstense juntos, como siempre, y aunque no puedan hablarse estén en contacto, tómense las manos, sientan la presencia del otro". Este mensaje significa: un conflicto es una tormenta. Todas las tormentas pasan y después el horizonte se despeja. Lo importante -en medio del temporal- es no perder el rumbo que la nave tenía al iniciar su viaje y, sobre todo, poder navegar juntos antes que naufragar por separado

PROGRESEMOS....!!!!

Pincho y algunas de sus gallinas...felices, bien alimentados en el huerto...!!!!


Una granja de pollos, por ejemplo, ayuda a reducir la incertidumbre humana. Para los mismos pollos la incertidumbre es prácticamente nula. Y sin embargo una granja de pollos es -suele ser- un monumento al martirio animal. Su sufrimiento ya no les sirve frente a su inexistente incertidumbre. Sólo sufren. Sufren horripilantemente durante toda su existencia. La selección natural no ha tenido tiempo para inventar pollos de granja gordos, sabrosos, baratos y que, además, resulta que no sufren. Tenemos un problema.
Nadie discute el derecho a comer pollo, pero no está claro que, dentro de ese derecho, se pueda exigir el concepto del mínimo sufrimiento. ¿Por qué habría de ser así? Se pueden encontrar muchos argumentos de todo tipo, morales, estéticos, racionales... Sin embargo, en una sociedad democrática debería bastar con uno. En un Estado de derecho preocupa el sufrimiento humano. Eso sí está claro. Y en cualquier colectivo humano existen personas que sufren con el sufrimiento animal. Pues ya está. Se trata sólo de un cambio de mentalidad para tener a esas personas en cuenta. Supongamos por un instante que hay que matar focas porque su piel es insustituible (¿?). La idea sería entonces cambiar el concepto estético de la piel de foca. Sobre gustos hay mucho escrito y se puede escribir mucho más aún. A las focas se las mata a palos por un motivo estético (¡!) porque ¿cómo vender un abrigo con un orificio de bala?
¡Convenciéndose de la belleza intrínseca del agujero! Sería algo así como la condecoración que ilustra la muerte digna (¡?) de un conmovedor bebé de foca, de plumoso pelaje blanco. Los agujeros en la piel serían también una marca de autenticidad, como los perdigones en la perdiz con coles. Cambiar de costumbres no cuesta tanto. Hace mucho que ya no enfrentamos a gladiadores y fieras para el deleite público y hace mucho menos que no dejamos caer el envoltorio de un helado en el punto exacto en el que acabamos de engullirlo. La idea del mínimo sufrimiento es sencilla. En algún caso, la aplicación de esta idea podría incluso encarecer algún producto. Pero hablemos. Podemos hablar.

Operaciçon Afrodita y otros relatos


OPERACIÓN AFRODITA Y OTROS RELATOS. Gustavo Dessal (diciembre 2004)

CONSUELO : No es cierto que el tiempo todo lo cure, aunque la expresión nos sirva a menudo de consuelo, en especial cuando no disponemos de algo mejor para aliviar una herida del alma.

SENTENCIAS MEDICAS: Se profieren sobre la base de una sabiduría hecha de generalidades, pero que nunca llega a comprender que en cada una de las cosas se esconde siempre algo inédito, sólo es cuestión de dejar que se manifieste.

MEMORIA: Pequeñas marcas que sirven para ordenar el relato de la existencia y no desorientar nos más de lo que estamos.

IMAGINAR CIRCUNSTANCIAS: Es curioso, imaginas mil veces circunstancias, y cuando llegan no puedes decidir el sentimiento que corresponde, quizás sería mejor decir que es el sentimiento el que no se decide, vacila dubitativo entre la euforia y la inquietud, es una reacción del espíritu que no acierta a comprender muy bien lo que pasa, muy propia de las veces en que suena la hora esperada y aunque resulte dichosa no deja de producir un estremecimiento.

EL VALOR DE ELEGIR Fernando Savater (Diciembre 2004)
Todos estamos determinados por el hecho de que hemos nacido humanos y, en consecuencia, por la tarea interminable de tener que elegir los medios juntamente con los fines. No debemos confiar en que nadie nos salve, sino conocer bien el hecho de que las elecciones erróneas nos hacen incapaces de salvarnos,
(Erich Fromm, El corazón del hombre)

RESPUESTAS: Por optimismo o pereza, suponemos que la experiencia de los años nos traerán las respuestas, pero ahora ya sé que ni el tiempo ni tampoco el espacio sirven para despejar nuestras perplejidades. Es inútil dejar para mañana lo que mañana me será tan difícil o imposible de hacer como hoy,

SER FELIZ: Es absurdo, grandilocuente y curiosamente vacío intentar de manera premeditada y consciente ser feliz.
Solo son felices los que tienen la mente en algún objeto que no sea la propia felicidad; así apuntando a otra cosa, encuentran inicialmente la felicidad. La única opción es considerar no la felicidad sino algún otro fin externo a ella.
“Solo es feliz aquel que cada día puede en calma decir: Hoy he vivido. Que nuble el cielo Júpiter mañana o lo esclarezca con el sol más vivo, nunca podrá su mente poderosa hacer que, lo que fue, ya no haya sido, ni lograra que no esté ya acabado lo que colmó el momento fugitivo.” (Horacio, Lib. III oda 29)
Erich Fromm en su libro "El Arte de Amar" habla de una diferencia entre enamoramiento y amor. Nos enamoramos cuando conocemos a alguien por quien nos sentimos atraídos y dejamos caer frente a el o ella las barreras que nos separan de los demás. Cuando compartimos con esa persona nuestros sentimientos y pensamientos mas íntimos, tenemos la sensación de que, por fin, hicimos una conexión con alguien. Este sentimiento nos produce gran placer, hasta la química de nuestro cuerpo cambia, dentro de el se producen unas sustancias llamadas endorfinas. Nos sentimos felices y andamos todo el día de buen humor y atontados. Cuando estamos enamorados nos parece que nuestra pareja es perfecta y la persona mas maravillosa del mundo. Esa es la diferencia entre enamoramiento y el amor. Empezamos a amar cuando dejamos de estar enamorados. ¿Que? Así es. El amor requiere conocer a la otra persona,requiere tiempo, requiere reconocer los defectos del ser amado, requiere verlo bueno y lo malo de la relación. No quiere decir que enamorarse no es bueno, al contrario es maravilloso. Sin embargo es solo el principio. Muchas personas son adictas a estar enamoradas. Terminan sus relaciones cuando la magia de haber conocido alguien nuevo desaparece; cuando empiezan a ver defectos en la otra persona y a darse cuenta que no es tan perfecta como pensaban. El verdadero amor no es ciego. Cuando amas a alguien puedes ver sus defectos y los aceptas, puedes ver sus fallas y quieres ayudarle a superarlas. Al mismo tiempo esa persona ve tus propios defectos y los entiende. El amor verdadero esta basado en la realidad, no en un sueño de que encontraste a tu príncipe azul o a tu princesa encantada. Encontraste auna persona maravillosa, de acuerdo, pero no es perfecta ni tu tampoco.Encontraste a tu alma gemela, pero también los gemelos discuten y también tienen diferencias. Amar es poner en una balanza lo bueno y lo malo de esa persona y después amarla. El amor es una decisión consciente. Muchas veces oímos de personas que dicen que se enamoraron de alguien y que no pueden evitarlo. Que se supone, que es una cuestión de suerte? Que se supone, que amamos por arte de magia? Que se supone, que alguien mas tiene poder sobre nosotros?. De ninguna manera. Puedes sentir una gran admiración por alguien,puedes desear tener una relación con alguien, puedes estar muy agradecido por lo que alguien ha hecho por ti, pero... no la amas. El amor nace de la convivencia, de compartir, de dar y recibir, de intereses mutuos, de sueños compartidos. Tu no puedes amar a alguien que no te ama, o que no se interesa en ti. El amor verdadero es reciproco. Recibes tanto como das.

La eterna búsqueda de la felicidad

Un día feliz con mi perro....mis hijos...con la persona /as a las que quiero.....!!!!

La mayoría de los muchos libros que, según ellos, nos ayudan a encontrar la felicidad hacen siempre una alusión admirativa y también agradecida a Thomas Jefferson. Como sin duda ustedes saben, él fue el responsable de que en la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos se incluyeran como derechos inalienables del ser humano “la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. Magnífica frase, sin duda, que debería ser la base de toda sociedad moderna; pero su última parte –“la búsqueda de la felicidad”– ha creado un malentendido que, a mi modo de ver, resulta negativo.

Primero me gustaría decir que la búsqueda de la felicidad es un problema que preocupa sólo a sociedades que ya de por sí son bastante felices. Como es lógico, para quienes están penando por dar de comer a sus hijos o por evitar ser víctimas de la injusticia, de la enfermedad o de la muerte su meta es sobrevivir y no tienen tiempo de pensar en otra cosa.

Para ellos por tanto la felicidad no es un fin sino una consecuencia que se deriva de lo que les ocurre. En otras palabras, son felices porque ese día han logrado un pedazo de pan que llevarse a la boca o porque han evitado a sus hijos un gran peligro. En las sociedades ricas, en cambio, la felicidad es un fin.

La mayoría de nosotros, cuando nos preguntan qué es lo que más deseamos en esta vida respondemos que ser felices. Y ser feliz en el mundo opulento está casi siempre relacionado con lo que tenemos y, más aún, con lo que tienen los demás. Antes, la comparación (casi siempre desfavorable) con lo que tenía el prójimo no era demasiado aplastante. Porque hasta hace poco, nosotros nos medíamos con nuestros pares y con las personas de nuestro entorno. Así, podíamos pensar, por ejemplo, que éramos más o menos guapos / ricos / inteligentes que el vecino del quinto o que el farmacéutico de la esquina o que nuestro cuñado Pepe. En cambio ahora, en la era de la información, no nos medimos con nuestros pares, tampoco con nuestros allegados.

Nos medimos con lo que vemos en la tele y en el cine. Nos comparamos por tanto no con la vecina del quinto sino con Angelina Jolie; no con el farmacéutico de la esquina sino con Bill Gates y no con nuestro cuñado Pepe sino con Philip Roth. Tal vez les parezca que exagero, pero les aseguro que no demasiado. Es posible que conscientemente nadie se mida con estos modelos inalcanzables, pero están ahí y esa sola circunstancia crea un nivel de exigencia personal y también de deseo que no es el que tenían nuestros abuelos. Por todo esto, a mi modo de ver, el hecho de que los librillos de autoayuda que tanto infestan nuestras vidas digan, parafraseando a Jefferson, que la felicidad es un derecho, no hacen más que añadir leña a la hoguera de nuestra insatisfacción. Consciente o inconscientemente lo que esas publicaciones intentan hacernos creer es que la felicidad nos es debida, que la merecemos y que, en una sociedad abierta, está al alcance de todos. Para empezar, el primer error reside en una falsa interpretación de la frase de Jefferson. Él nunca dijo que tuviéramos derecho a la felicidad sino a su búsqueda, lo que implica no una actitud pasiva, sino una muy activa. Por eso, que nadie espere que la felicidad le venga de fuera como un don divino; hay que currársela, como todo en esta vida. Después, está el asunto de las comparaciones. Otra de las falacias de la sociedad moderna es la de hacernos creer que podemos llegar a ser Alguien con mayúsculas. No, ni vamos a ser Angelina Jolie, ni Bill Gates ni Philip Roth; de modo que no vale la pena perder ni un momento de felicidad en eso. Y por fin está el tema más peliagudo de todos: el de que la felicidad está no en contar lo que uno no tiene, como hacemos todos en esta sociedad ricachona y caprichosa en la que vivimos, sino en contar precisamente lo que sí tenemos.

Porque esa es la gran paradoja del ser humano: cuánto más tiene más echa en falta aquello de lo que carece, y cuantas más carencias más aprecia lo que tiene. Pequeñas compensaciones que hacen pensar que no todo es tan injusto en esta vida…

LA BONDAD

La BONDAD

José Antonio Marina
Artículo publicado en “La Vanguardia”
06 de septiembre de 2008


Mi amiga Pepa Fernández me invita a su programa “No es un Día
Cualquiera”, para hablar sobre la bondad. Estas tertulias me producen siempre un
sentimiento de satisfacción e incomodidad. Al conversar sobre un tema con
personas inteligentes se me ocurren muchas cosas (esto es lo agradable), pero se
me ocurren después de la conversación (y esto es lo incómodo). Sé entonces lo que
debería haber dicho y no dije. Los franceses llaman a esto “esprit d’escalier”,
ingenio de escalera. De escalera de bajada, claro. Me parece importante reivindicar
la bondad, recuperar su perfil creador y valeroso, el que conocían los antiguos
griegos, para quienes la excelencia de la vida era “kalós kai agathós”, la belleza y el
bien. Bondad era la excelencia humana. Ahora, en cambio, ser bondadoso despierta
una imagen confortable y blanda, de perro de San Bernardo.
No es así como entiendo la palabra. Creo que la bondad es la gran creación
de la inteligencia humana, su plenitud. Suelo defender esta idea en congresos de
psicología, y mis colegas me miran sorprendidos, pensando que he dicho una
broma. Pues no es así. Lo digo completamente en serio. La función principal de la
inteligencia es resolver problemas. Cuanto más complejos, universales, urgentes
sean, con más intensidad se tendrá que aplicar la inteligencia. Pero los problemas
más difíciles y dramáticos son los que afectan a la felicidad personal y a la dignidad
de la convivencia. En ellos se mezclan intereses opuestos, expectativas, deseos,
miedos, ambiciones. La gran inteligencia es la que encuentra solución a estos
conflictos.
Pero no basta con conocer la solución. Es preciso ponerla en práctica, porque
es en ese momento cuando van a aparecer los verdaderos problemas. La teoría es
fácil. La práctica es lo difícil. Cuentan que un senador americano decía: “El
problema entre judíos y palestinos es muy fácil de resolver: basta con que todos se
comporten como buenos cristianos”. Sin llegar a esta ingenuidad, puede ocurrir que
las soluciones teóricas no sirvan en la práctica. A mediados del siglo pasado hubo
en China una plaga de ratas que se comían las cosechas de arroz. El gobierno
chino, que no tenía dinero para una campaña de desratización, tuvo una ocurrencia
teóricamente impecable: Somos mil millones de chinos. SI cada uno matamos unas
cuantas ratas, acabamos con la plaga en un santiamén. Para animar a la cacería,
decidieron que se daría una pequeña propina por cada cadáver de rata que se
presentara. Era una solución rápida y sencilla. Pero no contaron con que los
campesinos echaron cuentas y vieron que era más rentable criar ratas que sembrar
arroz. Metían los especímenes en jaulas, esperaban que la naturaleza obrase,
hacían la matanza, y a cobrar. La medida fracasó.
Así pues, la gran inteligencia consiste en encontrar soluciones acertadas
para los problemas de más envergadura –los que se refieren a la felicidad y a la
dignidad-, y en tener la valentía, la tenacidad y el talento para ponerlos en práctica.
En esto consiste la bondad, que deja de ser manifestación de pusilanimidad, para
convertirse en la gran creación de la inteligencia. Quod erat demonstrandum, quedecían los filósofos latinos: Que era lo que quería demostrar.

Huerto


Quisiera presentaros mi nueva faceta, “la agricultora ecologista”, suena mejor que “payesa” no?
Mi padre intento enseñarme parte de sus conocimientos, me quedo mucho por aprender, pero con esfuerzo y sobre todo muchas ganas, y mucho hierro [(el hierro no es otra cosa que la utilización del cavac) la gente mayor dice que en el huerto debemos hacer siempre uso de las 3 “efes” feina, ferru i fems si no queremos tener fam)] bueno pues con todo esto y la ayuda del “interne” que es otra herramienta, lo intento sacar adelante.
Después de la introducción, comentaros que según la época, dispondré de un excedente de tomates, calabacines, sandias, melones, judías, cebollas, patatas, perejil, lavanda, romero, lechugas, escarolas, moniatos, etc...Todo ecológico, sin pesticidas.También huevos frescos a diario. Y todo a precio de mercado.

19/12/09

Pautas....!!!


Primera pauta.
Por naturaleza tendemos al optimismo. Evolutivamente, esto nos ha permitido sobrevivir. El escepticismo, en cambio, exige esfuerzos y es costoso. Se puede actuar frívola o alocadamente en las cosas pequeñas. Ahora bien, cuando se trata de asuntos importantes –y una crisis económica mundial lo es–, en contra de lo que sería nuestra propia naturaleza optimista, vale la pena echar mano del escepticismo y prever planes de contingencia.


Segunda pauta.
Asiste a todas las celebraciones que puedas y escucha a todo el mundo, en lugar de soltar tu propio discurso. Aprenderás mucho. No decidas, como mucha gente, en función de lo que crees, sino en función de lo que oyes o palpas. Muchas personas obcecadas arrojan por la borda los cinco sentidos corporales que debimos perfilar, paulatinamente, cuando nuestros antepasados mamíferos tuvieron que acostumbrarse a vivir de noche para protegerse de los depredadores. Desarrollaron, primordialmente, el olfato y el tacto. Los reptiles que los habían precedido tenían muy buena vista, pero nada parecido al olfato y tacto de sus sucesoras las ratas.

Tercera pauta.
No es muy buena idea creer las predicciones de los que llevan corbata. Conviene reírse un poco de la gente que se toma en serio a sí misma y, sobre todo, sus conocimientos. Nadie en concreto tiene la solución y menos que nadie aquellos que están convencidos de saberlo todo. Sopórtalos con amabilidad y afecto, pero no los sigas ciegamente. Ni a los oráculos de las finanzas y de la política ni a los del mundo académico.


Cuarta pauta.
No intentes modificar los sistemas complejos que han sobrevivido sin necesidad de tus ideas brillantes. Deja el planeta como está o como estaba. No lo contamines. No quieras cambiarlo de sitio. Los procesos automatizados como la respiración, la digestión o sudoración funcionan mucho mejor que los sistemas discriminatorios en los que la decisión está en manos de los jefes. Un hormiguero no necesita ningún mando intermedio para elegir el camino más corto.
Quinta pauta. Ésta es enteramente mía. Aléjate de los perdedores empedernidos. En el caso de la crisis económica en curso, las cuatro pautas anteriores apuntarían a ponerse del lado de los perdedores. ¿Y si no fuera cierto? ¿Por qué no aplicar la receta de Taleb a sus propias predicciones? De vez en cuando sale un cisne negro, aunque la mayoría sean blancos. (Eduard Punset)

May.. Felicidades





Octubre 2009

Para mi amiga MAY….de Marga

Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos
trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando esta infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!

PABLO NERUDA

10/6/09

AloPatis, Visitando los patios interiores en Alaior (Menorca)

Recomendación …!!! AloPatis


Senirse bien no tiene porque implicar un derroche de energía y esfuerzo, muchas veces , con acciones sencillas se puede obtener un gran bienestar.


Se trata de un recorrido de 16 patios en la población de Alaior, (Menorca) en cada uno de ellos hay una actividad diferente.

La tarde de ayer fué muy grata, pues a parte de maravillarne con las flores, árboles y casas curiosas, me ofrecieron : poesia, música clasica, magia, yoga , talleres de relajación, danza oriental, demostraciones de centros florales, jazz etc..

Y recordar que en Menorca hay mucho más que sol y playa….!!!

El huerto en Junio...!!!! una Gozada





Gracias padre, por enseñarme, transmitirme tus conocimientos y dejarme este tesoro.... !Que te QUIERO...!

5/4/09

Similitudes Hosteleria-Huerta-Existencia...!!!!



Similitudes: Hosteleria-Huerta- Existencia...!!!!

Estos día he estado leyendo las reflexiones de Pepe, todas muy interesantes, todas relacionadas con una serie de actitudes, objetivos, cambios etc...relacionados con la hosteleria.

Todo ello me ha llevado a pensar, de una forma algo simpática, ( no olvidemos que: "carecer de humor es carecer de humildad" ) con las similitudes entre el talante necesario para solventar muchas de los problemas que se nos presentan tanto a un empresario como a una aprendiz de huerta.

Ser OPTIMISTA, Estar ORIENTADO (No despistarse) Ser PRUDENTE, y por último La COOPERACION.

Ser Optimista: Problemas de este invierno: la tramontana, el frío, la madera, el gallinero, el motocultor, la bomba de agua, el coche que se averió en un par de ocasiones, cada una de estas cosas que nombro, me dieron sus problemas, en cada una de ellas tuve que pensar como solucionarlo de una forma eficaz, económicamente factible, no exagerando en lamentaciones y poniéndome a la acción lo antes posible. Y después de solucionar los problemas, de hacer por primera vez cosas que creía que nunca haría, y darme cuenta de que puedes, de que si no sabes aprendes, y de que sacas coraje, no se de donde, pues eso, luego te queda la satisfacción, la gran satisfacción de las cosas superadas con éxito y esa palmadita interior que te da ánimos para seguir adelante.

No Despistarse: Claro, para esto es primordial, primero saber lo que una considera importante, o lo que una quiere y valora. Y hablando de la huerta, pues es muy importante no despistarse en las temporadas de siembra, en que no les falte agua y comida a las gallinas, hacer los planteles y las podas, leer, investigar, aprender más sobre muchas cosas.

Ser Prudente: Oh vaya, si es conveniente esto!, una ya no tiene 20 años, y resulta que cuando me lesioné el hombro, me pregunto la doctora, si había "calentado" antes de coger el cavac o la carretilla llena de piedras. ¿Calentar? pues no, muchas veces haría más, me puede la emoción, y al final de la noche, la espalda esta que cruje, y es cuando me digo: Marga eh...cuidado, se prudente, hay que ir sobre seguro, con cuidado, hay que ser prudente.

La Cooperación: Eso si que es valioso, soy una defensora del "trueque", sin ningún interés, solamente por el placer de dar, y así es como realmente recibes, pues resulta, que si mi vecino Nando, no tiene desbrozadora, yo se la dejo, y él me da unos limones de escándalo, mi otro vecino José, tiene una mano exquisita para hacer los planteles, y cada año le sobran un montón de lechugas, coles, etc.. y siempre está dispuesto e insistiendo en darme, otras veces viene con un ramo de flores, que sabe me gustan mucho, hasta me hizo una "glosa" ea....!!! casi na. Eso se traduce en "buen vecindario" en Cooperación y eso a la larga, nos beneficia a todos.

Bueno y para finalizar....tener en cuenta , que el humor es una demostración de grandeza, que muchas veces es mejor reir, como aquel condenado a muerte que llevan a la horca un lunes y exclama "¡Bonita forma de comezar la semana!"....