"Hemos olvidado que nuestra meta es vivir y que vivir lo hacemos cada día y que en todas las horas de la jornada alcanzamos nuestras verdaderas metas si vivimos....Los días son frutos y nuestro papel es comerlos. Jean Giono



La vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes. John Lenon





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27/9/10

Más allá de las relaciones de dependencia


Abraza la incertidumbre


Cuando te cuestionas cómo has estado viviendo hasta ahora y tus creencias empiezan a parecerte limitadas, es señal de que estás cambiando. Algo se rompe en tu interior. Sientes incertidumbre y quizá tengas ganas de llorar: aquello en lo que te apoyabas ya no es un soporte y te encuentras en un vacío y en soledad. Sabes que tienes que soltar, pero no encuentras dónde agarrarte.

En primer lugar, no hay que alarmarse, ¡es buena señal cuando se produce esta ruptura en tu interior! ¡No tengas miedo! Recuerda que la vida es energía en constante cambio, y nada permanece fijo: vivimos el nacer y la muerte varias veces en nuestro interior. Has de estar dispuesto a renacer y a dejar morir lo que ya no te sirve.

Valora lo que te ha servido hasta ahora y, cuando ya no lo necesites, ten la capacidad de dejarlo ir, creando así espacio para abrazar lo nuevo.

Desapégate y suelta

«El hombre que abandona el orgullo de la posesión, libre del sentimiento del “yo” y de lo que es “mío”, logra la paz suprema.»

Bhagavad Gita 2,71

Desapegarse es dar un paso atrás para ampliar tu visión. Como para mirar un cuadro, no puedes pegar tu nariz a él, retrocedes y, desde la distancia, lo ves mejor y lo disfrutas más. Necesitamos la valentía de soltar nuestros apegos. Se trata de fortalecer la valentía de mantener nuestro desapego especialmente cuando las presiones externas (generalmente otras personas) y las fuerzas internas (nuestros hábitos personales) nos incitan a agarrarnos, a depender y a apegarnos otra vez.

Cuando aprendes a soltar, te das cuenta de que estás en el camino hacia la verdadera libertad.

Desapego es dar desde la abundancia interior. Nutriendo el ser te ofreces desde tu abundancia, no desde tu carencia y temor.

Observa y revisa

Observar y darte cuenta es el primer paso para redirigir el rumbo de tus actitudes y tus reacciones.

Observa los patrones que se repiten en tu día a día.

Renuncia. Deja de ser marioneta del deseo

En la búsqueda de satisfacción del deseo, nos encontramos con dos tendencias: la expansión y la contención, la extroversión y la introversión. En la expansión, aflora y crece el deseo buscando satisfacción. Genera dinamismo de búsqueda y apertura. Cuando el deseo invade el alma y ésta no lo puede contener, éste se convierte en destructivo y devastador como el cáncer que devora todo lo que encuentra a su paso. Así se convierte en una dependencia que pasa a ser una adicción. Entonces el deseo nos esclaviza. El deseo es el amo y nosotros, sus sirvientes, que nos esforzamos en satisfacerlo. Somos marionetas del deseo.

Renunciar es desprenderse. Cualquier decisión implica una renuncia y, por lo tanto, un coste que hay que asumir. Al sintonizar con la energía de la vida, uno aprende el arte de tomar y desprenderse, como la respiración: con cada inspiración respiramos vida, con cada espiración soltamos, nos desprendemos, nos vaciamos. Si nos agarramos al aire que inspiramos se queda en nuestro interior y nos intoxica. Sólo al vaciarnos de él nos liberamos en la confianza de una nueva inspiración. Nos llenamos y nos vaciamos para volvernos a llenar.

Conecta con tu poder interior

Gracias a la fuerza interna que late en cada uno de nosotros sobrevivimos a la adversidad y a las circunstancias difíciles. En épocas de crisis, depresión y desilusión, esta fuerza interna nos ayuda a remontar. Nuestra capacidad de superar situaciones críticas o catastróficas es extraordinaria. Tenemos un gran potencial que parece despertar en esas circunstancias.

Extractos del libro de  Miriam Subirana Vilanova: Cómplices. Más allá de las relaciones de dependencia, RBA-Integral mayo 2010

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