"Hemos olvidado que nuestra meta es vivir y que vivir lo hacemos cada día y que en todas las horas de la jornada alcanzamos nuestras verdaderas metas si vivimos....Los días son frutos y nuestro papel es comerlos. Jean Giono



La vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes. John Lenon





Datos personales

17/11/12

Hablemos del Desamor....!!!



Todos queremos ser felices y creemos que tener una pareja nos dará esa felicidad que tanto buscamos. Todo va bien mientras la tenemos, pero ¿qué pasa cuando esta relación se acaba?, ¿cuando la persona en la que hemos puesto tantas expectativas y sueños se va de nuestro lado y nos deja?, ¿cómo nos enfrentamos a situaciones como éstas?, ¿cómo vivimos la vida a partir de ese momento?



Para la gran mayoría esta es una situación muy difícil y dolorosa, aparecen muchos miedos, inseguridades, decepciones, resentimientos y el dolor puede ser muy profundo…


¿Y por qué es esto?, ¿por qué sentimos tanto dolor? La gran mayoría cree que porque hemos perdido a la persona que “nos hace felices” o que nos da seguridad, amor o compañía. Pero, ¿qué tal si esta no es la causa real de nuestro dolor? ¿Qué tal si está en nuestras manos el sentirnos bien independientemente de que esa persona esté o no a nuestro lado?


Y para ello te invitaría a que sigas estos 5 pasos:


1. Nota cuáles son los pensamientos que aparecen en tu mente cuando te sientes mal. ¿Qué es lo que te dice tu mente? Es posible que te diga cosas como: sin él o ella no podré ser feliz, no soy lo suficientemente bueno o buena, es muy difícil y triste estar solo, necesito a alguien a mi lado para ser feliz, se ha ido con alguien mejor que yo, que pensarán los demás de mí, no podré encontrar a otra persona, hay algo malo conmigo por eso se ha ido…

Nota los pensamientos dolorosos y estresantes que aparecen, pensamientos de los cuáles no somos muchas veces siquiera conscientes. Cuando creemos pensamientos como estos, no es de sorprender que nos sintamos como lo hacemos…


2. Cuestiona estos pensamientos dolorosos y comprueba si son “verdaderos”. Si te permites cuestionar la veracidad de lo que tu mente te dice, te darás cuenta que en realidad, lo que te hace sufrir no es que la persona se haya ido si no lo que tú crees que eso significa, la historia que te cuentas…


Pregúntate si es verdad, si puedes saber que es verdad con “absoluta certeza” (y por favor responde con un simple sí o no…) que sin él o ella no podrás ser feliz, que no eres lo suficientemente bueno/a porque tu pareja se ha ido, que es muy difícil y triste estar solo, que “necesitas” a alguien a tu lado para ser feliz, que se ha ido con alguien “mejor” que tú, que los demás pensarán mal de ti , que no podrás encontrar a otra persona, que hay algo malo contigo por eso se ha ido…


Cuando no cuestionamos estos pensamientos y “creemos” que son verdad sufrimos, la pasamos mal, y cuando no nos creemos estos pensamientos o no tenemos estos pensamientos en nuestra mente estamos bien…


3. Haz la prueba, intenta ver cómo sería tu vida sin esos pensamientos que te agobian… Intenta imaginar (aunque al comienzo pueda serte difícil) cómo sería tu vida y tu día a día sin no pudieras tener esos pensamientos en tu cabeza, es muy probable, que entonces estés en paz, y viviendo el momento relajadamente incluso disfrutándolo…


Si esto se te hace difícil, nota cómo cambia tu estado de ánimo y te entristeces o molestas cuando aparece cualquiera de estos pensamientos en tu mente, y nota o recuerda cómo te sientes en aquellos momentos en los que “te olvidas del tema” y estás pensando en otras cosas, o alguien te llama por teléfono y te distraes, o simplemente, por la razón que sea, te has olvidado por un momento de la ruptura…


¿Puedes ver cómo cambia tu vida y tu estado de ánimo? ¿Puedes ver cómo tu estado de ánimo varía dependiendo de los pensamientos que tengas en tu mente?


4. Busca las pruebas de cómo “lo contrario” de lo que crees y te hace sufrir puede ser tan verdadero o más… Y esto es clave, porque te ayudará a corroborar que lo que crees y te hace sufrir no es verdadero… Si el pensamiento es que “sin él o sin ella no podré ser feliz”, lo contrario sería “sin él o ella podré ser feliz” busca pruebas de esto.


Aquí algunos ejemplos:

•no puedes saber el futuro y por consiguiente no puedes saber cómo te sentirás más adelante

•si antes de conocer a esa persona no la necesitabas para ser feliz o estar bien ¿porque ahora no podrás serlo?,

•piensa en relaciones anteriores que hayan terminado y cómo pudiste volver a ser feliz después de eso… o casos de personas cercanas que hayan vivido experiencias similares y volvieron a ser felices después de una ruptura…

Busca tus propias pruebas. Cuando nos permitimos ver lo que “en realidad” nos afecta y descubrimos que no es en la otra persona si no las historias que nos contamos de lo que estamos viviendo, podemos ver que entonces sí podemos hacer algo al respecto, podemos trabajar y cuestionar esos pensamientos que tanto dolor nos causan…


5. Y en lugar de pensar una y otra vez en todo lo “negativo” que crees que significa que esta persona se haya ido, te invito a que pienses en todas las razones por las cuales tu vida es incluso mejor ahora gracias a esta experiencia. Y aunque pueda parecer difícil siquiera abrirnos a esta posibilidad o hacernos esta pregunta, si lo que realmente quieres es estar bien, te recomiendo de corazón que reflexiones sobre esto.


Nota lo que quizás hasta ahora no has observado, por qué, si Dios o el Universo, (como quieras llamarlo) es “amable y amoroso” ¿por qué habría elegido esta experiencia para ti?, ¿por qué tu vida, la de quienes te rodean y el mundo “es mejor” gracias a esta experiencia?.

Haz la lista con calma, con el corazón abierto, porque esto puede ayudarte mucho a recuperar tu bienestar. Quizás puedas “apreciar” que tendrás más tiempo para ti, que podrás retomar o empezar a hacer cosas que te gustan y habías dejado de lado, que ya no tendrás quizás las discusiones que tenías, podrás leer los libros que querías leer, ver los programas que a ti te gustan, darte el tiempo y la atención que muy posiblemente no te estabas dando, ponerte nuevamente en primer lugar…


¿Y de qué manera podría ser mejor la vida de otros gracias a esto? Porque tu familia y amigos podrán disfrutar más de tu compañía ahora, porque tendrás más tiempo para los demás…

¿Y de qué manera el mundo será mejor gracias a esto? Quizás tengas más tiempo para ser de servicio para otros, o puedas dedicar más tiempo para desarrollar tu creatividad y ayudar con esto a otros. Estos son solo algunos ejemplos, busca tú las razones que son válidas para ti, por más sencillas que parezcan, date ese regalo.


Porque cuando vemos que aquello que parece tan terrible y negativo, no lo es, entonces podemos recibirlo con aceptación e incluso con curiosidad y hasta entusiasmo, y podemos ver que nuestra vida continua y que nuestra vida sin pareja puede ser tan buena como nos lo permitamos…


Mientras más nos aferramos a algo que ya no es, más sufrimos… No podemos controlar cómo actúan otras personas pero si cómo nos sentimos al respecto… Como decía Marco Aurelio, filósofo y emperador romano “Si te afliges por alguna causa externa, no es ella lo que te importuna, sino el juicio que tú haces de ella. Y borrar este juicio, de ti depende”.

La realidad es que en este momento esa persona ya no está a tu lado y puedes vivirlo de dos maneras: con sufrimiento, dolor y resentimiento o puedes aceptar y “amar” esta nueva etapa de tu vida, sacar lo mejor de ella, disfrutar de TU compañía y apreciar los regalos que esta nueva experiencia te trae, ¿qué eliges?


Una creencia a cuestionar


Responsabilizamos a nuestras parejas de nuestro dolor y felicidad. Estamos llenos de: “él debería haber hecho esto”, “ella no debería haber hecho lo otro”, “lo necesito para ser feliz”, y una interminable lista de deberías, necesito, y quiero como condiciones para nuestra felicidad que nos impiden ser felices…

La creencia de que nuestra pareja es responsable de nuestra felicidad o dolor nos lleva a dirigir nuestra atención hacia otra persona abandonándonos como consecuencia porque no podemos tener nuestra atención en dos lados al mismo tiempo, nos lleva a sentirnos dependientes y necesitados de la otra persona, a sufrir si esa persona no está a nuestro lado o no cumple con nuestras expectativas y a sentir que hemos perdido el control de nuestras vidas y nuestro bienestar porque lo hemos puesto en manos de otra persona.

Nuevos paradigmas que te invito a comprobar:

1. No hay nada ni nadie que pueda hacer que nos sintamos como nos sentimos.

Nadie tiene el poder para generar nuestros sentimientos, sino nosotros mismos… Son solo nuestros pensamientos y nuestra interpretación de la vida las que nos pueden hacer sentir como lo hacemos. Esta cita de Marco Aurelio, emperador romano lo refleja muy bien: “Si te afliges por alguna causa externa, no es ella lo que te importuna, sino el juicio que tú haces de ella. Y borrar este juicio, de ti depende.”

Y esta es una muy buena noticia… porque significa que depende de ti cómo te sientes, y no de otras personas, sobre las que no tienes control… Y depende solo de ti cambiar ese juicio que te hace sufrir. Cuando reconoces esto, recién entonces puedes poner tu energía en la dirección correcta, en cuestionar las creencias que te hacen sentir dolor, rabia o tristeza.


2. Las emociones dolorosas son señales de que algo que estamos creyendo no es verdadero para nosotros, para nuestra esencia.

Cuando comprendemos la función de las emociones podemos verlas como amigas que nos vienen a avisar de algo y no como enemigos de los que tenemos que huir. Y justamente son las relaciones más cercanas las que más nos conectan con esas emociones que reflejan falsas creencias, con esas “alarmas” que nos invitan a cuestionar lo que crisis y rupturas son de las que más nos pueden impulsar a hacer algo al respecto por el dolor que sentimos (la señal de alarma es muy fuerte…) y si nos permitimos escucharlas, y cuestionarlas, podremos descubrir la verdad que hay detrás de ellas, una verdad que nos reconectará con nosotros, que nos mostrará cosas que necesitamos ver sobre nuestra relación con otros y sobre todo, sobre nuestra relación con nosotros mismos, una verdad que si nos abrimos a ella, nos hará libres.

3. Los demás son el reflejo de nuestros propios pensamientos, de nuestras creencias.

Como dice Alexander Smith: “El amor es sólo el descubrimiento de nosotros en otros, y el placer en el reconocimiento”.


No hay comentarios: